Trabajar sin facturar: ventajas e inconvenientes

Uno de los principales problemas a los que se enfrenta la economía española es, sin lugar a dudas, el dinero negro. Y es que, hoy en día, muchos son los autónomos que, por una razón o por otra, se decantan por no darse de alta en Hacienda y en la Seguridad Social para no hacer frente a los impuestos de la actividad que realizan. Sin embargo, esto puede ser una práctica realmente peligrosa. Por ello, hemos hablado con la asesoría online Emprendeon. Ellos nos hablan sobre las principales ventajas e inconvenientes de esta práctica.

Desde nuestra asesoría online pensamos que la única ventaja que tiene trabajar sin facturar es que no se pagan impuestos. En general, cualquier trabajador autónomo debe abonar tanto el Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA) y el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) cada vez que emite una factura. El valor de ambos oscila según la actividad que se realice pero, en líneas generales, es del 21% para el primero y el 20% para el segundo. A todo ello hay que añadir la cuota de autónomos que se abona a la Seguridad Social, la cual se encuentra en torno a los 300 euros, si bien es cierto que se trata de una cantidad deducible en la declaración de la renta.

Al no emitir facturas, no pagar impuestos y, evidentemente, cobrar en negro, un trabajador se asegura de quedarse todo el dinero percibido para sí mismo. Por tanto, en el corto plazo, este dispondrá de una mayor liquidez ya que tampoco precisará de los servicios de una asesoría. A pesar de ello, a corto, medio y largo plazo es una mala decisión. Y es que, si no se pagan impuesto, sobre todo en el caso de la cuota de la Seguridad Social, no se cotiza y, por tanto, alcanzar los requisitos para la jubilación es imposible. Asimismo, tampoco se tiene derecho a percibir retribuciones por desempleo.

Pero, además, se corre el riesgo de que, en cualquier momento, aparezca una inspección de trabajo. En este caso, si la persona en cuestión no está dada de alta o no puede demostrar de dónde provienen sus ingresos, tendrá que hacer frente a una multa bastante cuantiosa. Asimismo, tendrá que ponerse en orden con la Agencia Tributaria, es decir, abonar todo lo que le corresponde respecto al tiempo que ha desarrollado la actividad.

Por tanto, a pesar de que la cuota de afiliación a la Seguridad Social para los autónomos es muy elevada en nuestro país, merece la pena pagarla pues, además de sobresaltos, también cubre las espaldas en caso de sufrir, por ejemplo, un accidente laboral. Por su parte, el emprendedor, al emitir sus correspondientes facturas por cada trabajo que realice, está protegido legalmente ante el supuesto de que el cliente no le quiera pagar, algo que no ocurre si no está dado de alta como trabajador por cuenta propia.

En definitiva, se recomienda a todos los trabajadores, por cuenta propia, cotizar a la Seguridad Social y pagar la cuota de autónomos, emitir facturas y pagar sus impuestos. Y es que la experiencia que da  a Emprendeon su dilatada trayectoria ofreciendo servicios de asesoría les dice que es más rentable estar en orden con Hacienda y la Agencia Tributaria que trabajar en negro. Sin duda, esta opción puede parecer realmente apetecible en primera instancia, pero le aseguramos que, tarde o temprano, le acarreará problemas, ya sean en forma de multas, de indefensión ante los impagos o ante la imposibilidad de alcanzar las cotizaciones mínimas para la jubilación.